miércoles, 1 de junio de 2011

Remendando infiernos, tras las ruinas de tu olvido.


Indiscutiblemente hoy no fue mi día. Fue un día de esos en que no sabes cómo ni por qué pero te la pasas colgada pensando e imaginando que hubiese pasado si… Y en ese entrecruce de pensamientos te detenes y destacas uno sin explicación, sin respuesta, que anduvo deambulando en tu cabeza durante mucho tiempo, y no sabes cómo pero con ayuda le encontrás sentido y decís: Mierda. Si, mierda. Por que a mi? Que carajo hice yo para que el resentimiento le gane a todo; para que el acto más despiadado se llegue a ver como el mejor y el más lógico aunque no lo sea. Y vos ahí, sin entender absolutamente nada, te seguís haciendo la pelotuda como lo venís haciendo hace dos años y lo dejas pasar como si fuera un tema más el cual no te interesa en lo absoluto, pero sabes bien que no es así, te intereso cada segundo de tu existencia por que no te encontrabas sentido, pero ahora que si lo tiene lo ves como un tema más aunque tengas la terrible impotencia de ir a la casa corriendo y decirle: Por qué te dejaste llenar la cabeza y no me pediste explicación? Aunque sabes bien que no lo vas a hacer nunca por que sos una terrible cobarde, lo trataste de hacer una ves y te salió mal, y por ilusionarte a que te conteste de otra manera terminaste con el corazón roto nuevamente, y vas a seguir con esa impotencia de querer ir pero no lo vas a hacer por miedo a que te rechace otra vez. Y seguís así, deambulando por la vida con miedos, sin saber que te depara el futuro pero con convicciones lejanas que hoy en día las ves casi imposibles de alcanzar. Soy así, pensativa y colgada en el pasado.
Me dejé matar, me dejé robar el alma. Pagué sin querer, sin querer te lastimé. Que daría en esta vida por volver, amor mío.

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