Que bien que se siente saber que el mundo está conspirando para tu felicidad, o por ahí yo estoy empezando a conspirar a favor de mi propia felicidad sin darme cuenta. Me encanta saber que al fin y al cabo me importa únicamente la gente que quiero y mis propios anhelos, y no me hago más problemas por temas secundarios sin el más mínimo valor aunque se vez en cuando algunos hijos de puta se confabulen para hacerme la contra. Hoy soy lo que quiero ser y tengo bien en claro lo que tengo y lo que me hace falta.